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GUADALAJARA, Jalisco.- De cambiar la política pública en cuanto al aprovechamiento de agua, la ciudad capital de Jalisco podría garantizar su abastecimiento sin exabruptos ni complicaciones.
Según el académico de la Universidad de Guadalajara, Arturo Gleason Espíndola, si se dirigieran recursos para renovar toda la red hídrica metropolitana, y reducir lo más posible las fugas, dejarían de irse al subsuelo 100 millones de metros cúbicos al año.
Temacapulín, Acasico y Palmarejo pueden salvarse y Guadalajara estaría en condiciones de aprovechar su agua de formas tales, que pueda tener a su disposición tres veces más del líquido que se almacenará en la Presa El Zapotillo.
La Presa El Zapotillo, compara el investigador, aportará sólo 95 millones de metros cúbicos.
Si el líquido que emana de manantiales en la ciudad se destinara al uso humano, los ciudadanos tendrían 15 millones de metros cúbicos más al año: 115 en total.
Anualmente, dice, caen alrededor de 150 millones de metros cúbicos de agua de lluvia en Jalisco, cantidad de agua que toma el cauce que desea y no hay una sola estrategia para su aprovechamiento.
Si la línea de acción de la autoridad contemplara el aprovechamiento de agua de lluvia, e incluso impulsara la entrega de excusados y cisternas ahorradoras en todos los domicilios, podría lograrse un aprovechamiento de hasta 348 millones de metros cúbicos al año.
Esto es: 3.6 veces más que la represa que inundará los poblados de Temacapulín, Acasico y Palmarejo.
Por esta razón, Arturo Gleason (quien ha sido uno de los críticos más severos en las estrategias del Estado para abastecer de líquido a sus habitantes) considera “ridículo” que se pretenda acabar con tres comunidades.
