BUFFALO, Nueva York.- El universitario norteamericano Deshawn Henry, estudiante de Ingeniería Civil en la Universidad de Buffalo, Nueva York presentó el Lente Solar para Purificar el Agua, con el que se aprovecharía la radiación solar como una alternativa de purificación del agua contaminada para el consumo humano.
Este nuevo diseño destila el agua con un mecanismo de lentes solares de Fresnel, que es una opción muy viable para solucionar el problema del agua potable.
El mecanismo solo requiere de madera, una lámina de plástico y la ayuda del sol para eliminar el 99.9% de los patógenos presentes en un litro agua contaminada. Deshawn Henry, tuvo la idea cuando se encontraba de vacaciones y desarrolló el proyecto pensando en las personas del mundo que no cuentan con dispositivos para limpiar el agua que consumen.
La falta de agua para consumo humano es uno de los más grandes problemas sin resolver a nivel mundial. La mala calidad del agua que consumen millones de personas alrededor del mundo provoca 37 de las enfermedades más comunes entre la población de América Latina, representando 25 millones de muertes anuales alrededor del mundo.
Estos padecimientos son el cólera, la tifoidea y disentería bacilar y amebiana, diarrea, hepatitis infecciosa, parasitismo, malaria, tripanosomiasis, oncocercosis, schistosomiasis, tracoma, conjuntivitis y ascariasis, entre otras.
En efecto, muchas zonas desfavorecidas en el mundo se encuentran ante la encrucijada de beber agua que no es potable o tener sed. Para intentar resolver este problema Deshawn Henry creó un dispositivo que utiliza una fuente de energía abundante: la energía solar.
El diseño es muy simple: una lente solar en una lámina de plástico extendida sobre un marco cuadrado de madera, elevado a casi dos metros de altura. Arriba de la lámina se coloca el agua y se orienta el dispositivo hacia un punto focal orientado hacia un rayo de sol.
El aparato, que utiliza un sistema térmico muy sencillo y que tiene una apariencia rústica, consigue calentar un litro de agua hasta 130 o 150 grados Fahrenheit, lo que corresponde a entre 54.4 °C a 65.5°C; temperatura suficiente para eliminar bacterias y patógenos y permitir su consumo.
Su bajo costo de construcción lo convierte en un equipo muy accesible, sobre todo para las regiones menos favorecidas de los países en desarrollo. Sin embargo, el prototipo tiene algunas limitaciones: calienta y purifica solamente un litro de agua, y para poder abastecer a una familia sería necesaria una estructura tres veces más grande. El próximo paso de este ingeniero es diseñar un dispositivo más grande con la misma o mayor eficiencia.