CALIFORNA, EU.- Debido a la severa sequía que por tercer año consecutivo ha enfrentado California, y que tiene a las reservas del vital líquido en un punto mínimo como nuca antes, incluso con el riesgo de que pequeñas comunidades se queden sin agua, el Orange County Water District (OCWD) de California, sostiene pláticas con un centro pionero de tratamiento de agua que recicla las aguas residuales -o aguas negras- y las introduce en el suministro de agua potable.
La planta está expandiendo la producción de 70 a 100 millones de galones por día, suficiente para 850.000 personas, más o menos una tercera parte de la población del condado. Debido a que la producción de OWCD se mezcla con el principal suministro subterráneo, alcanza al 70% de los residentes.
El centro es uno de los más antiguos y grandes de su clase en el mundo, y podría representar un modelo de solución para un problema global. La ONU advierte que la mitad de la población mundial enfrentará escasez de agua para 2030, acelerado por el cambio climático y el crecimiento de la población.
Las escaseces en tal escala amenazarían la producción de alimentos, y darían lugar a una crisis de salud por medio de un mayor aumento de la exposición al agua insalubre, que ya mata a millones cada año por enfermedades transmitidas por el agua, tales como la cólera y diarrea.
Pero la introducción de sistemas de reutilización ha sido difícil, con un alto grado de escepticismo público. El Condado de Orange empezó a reciclar agua en los años 70, pero no la convertía en potable. Fue en 2008 cuando empezó a contribuir al suministro de agua potable, junto a una campaña integral de relaciones públicas y de información para disipar los temores del público.
Los operadores ahora creen que el sistema está bien establecido y listo para ampliarse. “Ahora estamos en un momento decisivo; estamos viendo una aceptación generalizada de estas tecnologías”, dijo el gerente general de OCWD, Mike Markus. “A medida que las escaseces se vuelven más extremas y los suministros de agua se reducen, se ha generado conciencia de que necesitamos encontrar recursos alternativos”.
El proceso funciona al re-orientar una proporción de los 1.300 millones de galones de aguas residuales que se generan en el Sur de California todos los días, en un tratamiento de tres pasos. El primero es la microfiltración del agua residual tratada para eliminar los desechos sólidos, aceites y bacterias, antes de que el líquido que quede pase por un proceso de osmosis inversa.
El agua se pasa por una delgada membrana de plástico que filtra los virus y farmacéuticos. Luego, el agua es tratada con luz UV para eliminar todos los compuestos orgánicos restantes, antes de incorporarse al principal suministro de agua subterránea, el cual debe pasar por un estricto proceso de control de calidad para cumplir con los estándares legales e iniciar la distribución a los hogares.
El OCWD dice que el agua supera todos los estándares estatales y federales del agua potable. La seguridad también ha sido establecida en proyectos pioneros alrededor del mundo. Singapur, un lugar donde hay falta de agua, y antes dependía de las importaciones, ahora suple el 30% de sus necesidades por medio del centro de reciclaje NEWater.
Aunque solo una pequeña cantidad se agrega a sus reservas, la producción supera los estándares de la OMS para el uso de agua potable a tal grado que una alta proporción se dirige a usos industriales que requieren de agua ultra limpia.
El mensaje ahora está siendo atendido y el modelo se está esparciendo. California ha destinado 1.000 millones de dólares al financiamiento del proceso de reciclaje para obtener agua potable (800 millones de dólares de esa cantidad en préstamos de bajos intereses); las nuevas iniciativas se están lanzando en Los Ángeles, San Francisco y San Diego.
Texas, un estado en el que algunas partes se ven seriamente afectadas por la sequía, tiene como objetivo generar el 10% de todos los nuevos suministros por medio de agua reciclada para 2060. Un centro en Big Spring ha introducido el primer plan de reutilización directa para obtener agua potable en Estados Unidos al enviar el agua reciclada a la planta final de tratamiento sin pasarla por las reservas subterráneas.