NEW YORK, E.U.– Cuando la Organización de las Naciones Unidas (ONU) intenta resolver una crisis de agua o saneamiento, por lo general el problema se ubica en tugurios urbanos y aldeas remotas en África, Asia o América Latina y el Caribe.
Pero la grave crisis hídrica que atraviesa la ciudad de Detroit, en el noreste de Estados Unidos, generó el reclamo de varias organizaciones no gubernamentales (ONG) y activistas para que la ONU intervenga en este país, uno de los más ricos del mundo.
“Esto no tiene precedentes”, sostuvo Maude Barlow, fundadora del Proyecto Planeta Azul, una organización con sede en Canadá que defiende el acceso al agua como un derecho humano.
“Las tarifas del agua son regresivas, por lo que los hogares de bajos ingresos pagan una cantidad excesiva de sus ingresos por el servicio”: investigadora y activista Mary Grant.
“Visité la ciudad y trabajé con (la ONG) Detroit People’s Water Board hace unas semanas y quedé terriblemente preocupada”, aseguró a IPS, porque los cortes de agua afectan a cientos de miles de personas, en su mayoría afroestadounidenses, en la ciudad cuya zona metropolitana tiene 4,3 millones de habitantes.
Familias con niños, adultos mayores y enfermos no pueden bañarse, descargar el agua en sus inodoros ni cocinar en sus propias casas, agregó.
“Esta es la peor violación del derecho humano al agua que he visto fuera de los barrios tugurizados en los países más pobres de los estados fallidos del Sur en desarrollo”, sostuvo Barlow, quien fuera asesora en la materia del presidente de la Asamblea General de la ONU en el bienio 2008-2009.
En marzo, el Departamento de Agua y Alcantarillado de Detroit (DWSD, por sus siglas en inglés) anunció que cortaría el servicio de 1.500 a 3.000 clientes por semana si no pagaban sus facturas. Y este martes 17 el Concejo Municipal aprobó un alza de 8,7 por ciento en las tarifas.