LA HABANA, Cuba.- Según datos del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INRH), en el país, 8.4 millones de personas se abastecen por los servicios de acueducto y el resto por diferentes modalidades: servicio público (tomas de agua dispuestas en lugares de libre acceso), pipas o fuentes propias. El tema del agua es, para muchos, un problema más de la rutina diaria.
En diciembre del año 2012, y en consecuencia con lo establecido en los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución, el Consejo de Ministros aprobó el Diagnóstico y la Política Nacional del Agua, que prioriza el control y planificación del consumo estatal y particular del agua, además de contribuir a la actualización del modelo económico cubano y a la previsión y enfrentamiento al cambio climático, según el propio documento.
Concretamente, se establecen cuatro prioridades: el uso racional y productivo del agua, el empleo eficiente de la infraestructura hidráulica, la prevención de riesgos asociados a la calidad del líquido, o los relacionados a eventos extremos del clima.
Según el documento de la Política del Agua, un estudio realizado indica que actualmente en el país se pierde alrededor de un 58 % del agua que se bombea, de ello, el 16 % en las conductoras, el 20 % en las redes y el 22 % en los domicilios. En términos de costo, estamos hablando, por ejemplo, como promedio por cada salidero en redes de 156. 70 pesos, de ellos 35. 20 CUC, mientras que en conductoras se pierden 466. 40 pesos, de los cuales 286. 84 en CUC, según el propio documento.
A partir de esa situación, explicó Antonio Rodríguez Rodríguez, vicepresidente del INRH, se concibió el Programa de Reducción de Pérdidas, cuya primera etapa abarca 12 ciudades: La Habana, Isla de la Juventud, Camagüey, Las Tunas, Bayamo, Manzanillo, Palma Soriano, Santiago de Cuba, Guantánamo, Baracoa, Holguín y Trinidad.
Este programa consiste en una intervención integral que comienza en la fuente de abasto, e incluye las plantas de tratamiento de agua, conductoras exteriores e interiores, redes, metraje, acciones en el interior de las viviendas y en el alcantarillado y drenajes pluviales en las zonas de mayor dificultad, apuntó.
Entre el 2011 y el 2013 se han iniciado acciones también fuera de esos 12 territorios. Por el estado tan crítico que presentaba la ciudad de Cárdenas, unido a la situación higiénico sanitaria, se decidió, junto con las obras de la Península de Hicacos, en Varadero, iniciar el acueducto y otras obras de drenaje en ese municipio. De igual forma se han tenido que iniciar trabajos en Villa Clara, en las conductoras de Cerro Calvo, por ser esta cabecera provincial una de las peores con el abasto a la población, y en diversas localidades de la provincia de Pinar del Río, explicó Antonio Rodríguez.
Para llevar a cabo este programa, el INRH cuenta con medios y equipos, además de las empresas constructoras del Ministerio de la Construcción y tres fábricas de producción de tuberías de distintos diámetros, piezas y accesorios, ubicadas en La Habana, Ciego de Ávila y Holguín. En la ejecución del proyecto intervienen cuatro empresas de mantenimiento y rehabilitación de obras hidráulicas que se mueven indistintamente por todo el país.