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ROMA, Italia.- El Papa mantuvo un breve encuentro con los empleados de la FAO y les dio las gracias por su “trabajo escondido” para acabar con el hambre crónica y mejorar la calidad de la alimentación y la agricultura. Pero sobre todo les invitó a no perder de vista que sus decisiones afectan a personas concretas.
“Sé que tenéis un espíritu de solidaridad y de comprensión con todos, y que sabéis ir más allá de los documentos para ver detrás de vuestras decisiones los rostros tristes y las situaciones dramáticas de personas que padecen el hambre y la sed. El agua no es gratis, como muchas veces pensamos. Será el grave problema que podría llevarnos a una nueva guerra”.
El Papa les recordó que el trabajo que hacen va mucho más allá de la ayuda social, porque se está hablando de la dignidad de las personas.
“Estas personas no nos piden nada más que dignidad. Dignidad, no limosnas. Este es vuestro trabajo. Ayudar a que les llegue la dignidad”.
Su discurso fue muy aplaudido, y saludado con varios “Viva el Papa”. Un saludo que no suelen recibir los jefes de Estado cuando visitan los organismos de la ONU.
