MEXICALI, BCN.- Baja California contará con cinco presas operando, una vez que inicie funciones la presa Las Auras; el agua proveniente del Río Colorado no se contempla llevar a Ensenada, municipio que registra sequía.
Una presa en el puerto, otra en Mexicali y dos en Tijuana son hasta el momento las únicas que proveen de agua a más de tres millones de pobladores en la entidad fronteriza, que crece a diario por la migración. Las dos en Tijuana también proveen a Playas de Rosarito.
La necesidad de contar con un depósito para mantener este recurso en caso de que haga falta, nació en Tijuana hace 70 años con la creación de la presa Abelardo L. Rodríguez, la más antigua del estado.
Aunque ya no cubre las necesidades actuales y presenta problemas por sus siete décadas de existencia, para el titular de la Secretaría de Infraestructura y Desarrollo Urbano del estado (Sidue), Manuel Guevara Morales, se trata de una buena infraestructura y no se contemplan cambios en la edificación.
En tanto, en Ensenada, la presa Emilio López Zamora es la única y resulta insuficiente para abastecer a los casi 467 mil habitantes, debido a la sequía que se registra en esa ciudad.
No obstante, el gobierno del estado no contempla la creación de otra presa en el puerto, a pesar de la falta de agua.
Guevara Morales argumentó que por sus condiciones climáticas, sería poco “rentable” la construcción de este tipo de inmuebles y sólo se quedará –por el momento- con una.
Para atenuar la sequía en Ensenada, el gobierno del estado optó por construir un acueducto con valor de mil 800 millones de pesos, para que lleve agua reciclada desde Tijuana; primero será utilizada para uso agrícola y después habitacional.
La escasez también afectó en Tecate a partir de 2010, cuando el terremoto en Mexicali dañó el acueducto que abastecía de agua a sus más de 100 mil habitantes.
A un año y medio del inicio de lo que será la primera presa en Tecate, “Las Auras”, la infraestructura está prácticamente lista para operar.
La capacidad de cinco millones de metros cúbicos permitirá que durante al menos un año -seis meses en caso de contingencia- la población tenga agua, explica el delegado de la Sidue en Tijuana, Gabriel Arvizu Loyola.