VICENTE GUERRERO, Durango.-En la entidad, la mitad de las plantas de tratamiento de aguas residuales se encuentra sin funcionar; fueron construidas durante la administración federal pasada, pero no trabajan porque su mantenimiento es caro y los encargados de las mismas no tienen recursos para pagarlo.
Luis Fernando Uc Nájera, director local de la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA) comentó que a raíz de la construcción de las plantas en la administración federal pasada, provocó que el número de esta infraestructura llegara a 12 en Durango, cuando anteriormente sólo había seis.
Sin embargo, tres de las construidas en la administración federal pasada, es decir, la mitad, ya no están funcionando, se encuentran fuera de operación por su elevado costo de funcionamiento y mantenimiento.
Uc Nájera reconoce que uno de estos costos elevados que se tienen que hacer es el pago de energía eléctrica, lo que provoca que la autoridad municipal o los habitantes no puedan con el gasto.
Aunado a ello, también son elevados los costos de mantenimientos, de químicos que se usan y el pago a especialistas que estén al pendiente del trabajo que se realiza en esas plantas.
Todo esto es caro y muchas autoridades municipales piensan que es sólo la construcción de la planta y está lista para funcionar todos los días del año, “lo importante es mantenerla en funcionamiento y ahí se batalla porque representa una fuerte erogación”, comentó.
Trabajadores de la misma Conagua admiten que en algunas de estas plantas de tratamiento han sufrido el robo o saqueo por el olvido en que se encuentran; otras ya no tienen transformador, así como otro tipo de equipo con que cuentan porque las autoridades correspondientes no dejan vigilancia en el lugar.
Pero no sólo es en las plantas de tratamiento donde se da este problema: en algunos municipios o comunidades los habitantes o gobiernos prefieren construir las lagunas de oxidación, que son mucho más baratas a las plantas y su mantenimiento es más barato.
Sin embargo, de las 162 lagunas que se han construido en comunidades rurales siete no están funcionando por los costos que genera el pago de energía eléctrica y el mantenimiento.