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CUERNAVACA, Morelos.- El Programa Estatal Hídrico 2014-2018, elaborado por la Comisión Estatal del Agua (CEA), se contempla que para llevar agua potable a los que no tienen y cumplir con la total cobertura a quienes no les alcanza, es indispensable incrementar la eficiencia en cada uno de los organismos operadores que prestan el servicio, los cuales languidecen por las nóminas engrosadas y las pensiones que reciben los jubilados.
Además, debido a que el volumen de extracción que se reporta, comparado contra el facturado, presenta una diferencia significativa, se traduce además de pérdidas físicas de agua, en económicas para los organismos, impactando en sus finanzas y limitando drásticamente sus posibilidades de desarrollo, indicó la CEA.
Se han identificado factores importantes que inciden de manera negativa en la prestación de los servicios: no contar con tarifas actualizadas ni congruentes en el cobro que garanticen la sostenibilidad financiera cada organismo.
A ello se suma que no cuentan con padrones actualizados de usuarios; tomas clandestinas y deterioro en las redes de agua; falta de mantenimiento preventivo en el sistema, escasa profesionalización para la operación; y excesiva rotación de personal.
Juan Carlos Valencia Vargas, director de la CEA, aseguró que las nóminas obesas y las pensiones de jubilados son otros de los motivos que se suman a la quiebra económica por la que los sistemas de agua potable y alcantarillado de los 33 municipios no pueden invertir en infraestructura, ni garantizar el servicio.
Y debido a que los usuarios prefieren pagar servicios que no son de primera necesidad antes que ir al corriente con el agua potable, los sistemas están en quiebra.
Por ejemplo, indicó que en el Sistema de Agua Potable y Alcantarillado de Cuernavaca (SAPAC), tiene seis empleados por cada mil tomas, cuando pueden ser atendidas por dos trabajadores. Ello sin considerar los 250 jubilados a quienes les paga el organismo.
Juan Carlos Valencia indicó que en Cuernavaca existen unas 25 mil tomas irregulares o clandestinas; esto, dijo que se establece por las 100 mil tomas que el organismo tiene registradas.
“Sin embargo, en el Registro Público de la Propiedad existen 33 mil boletas, mientras que la Comisión Federal de Electricidad (CFE) tiene registrados más de 155 mil contratos, por lo que estiman que existen 25 mil tomas irregulares o clandestinas en la capital”, acotó.
En el tema del agua potable en Morelos son notorios los contrastes. Entre los 10 municipios con cobertura superior a la media nacional, destacan Emiliano Zapata, Zacatepec, Tetecala y Coatlán del Río, con valores superiores al 98 por ciento.
En contraste, las coberturas reportadas para Tepoztlán, Totolapan, Tlalnepantla y Zacualpan de Amilpas, son inferiores al 60 por ciento.
Respecto a la cobertura que se tenía en el año 2010, se estimó que cerca de 150 mil habitantes no tenían acceso al servicio de agua potable, de los cuales cerca del 45 por ciento vivía en zonas urbanas, y un 55 por ciento en rurales.
Las zonas críticas de atención corresponden a los Altos de Morelos (zona Norte) y a los municipios ubicados en la zona de influencia del acuífero Tepalcingo –Axochiapan (región Oriente).
No obstante, la problemática del servicio es más palpable en las zonas urbanas, por ejemplo en Cuernavaca, Jiutepec, Temixco, Emiliano Zapata y Cuautla, que suman 928 mil habitantes; es decir, un 52.27 por ciento de la población del estado.
Esta población, al asentarse sobre el área de influencia de una misma cuenca y acuífero, hacen que la demanda sobre los recursos hídricos sea mayor, presentándose desabastos constantes.
